sábado, 28 de mayo de 2011

Corrupción en América Latina, Causas, Prevención y Control



Por: Anmy Sepúlveda


La corrupción es ciertamente un problema sumamente importante y de gran trascendencia pública, Es evidente que prácticamente en todos los países del mundo, y ciertamente en América Latina, la corrupción merece atención, preocupación e indignación. El desarrollo de instrumentos de medición en el campo de la corrupción es clave para entender mejor el fenómeno, comprender sus causas y la forma que adopta en algunos países, sectores o instituciones. Juegan además un papel fundamental para informar a la opinión pública y a los que lideran los procesos de reforma los resultados de estos instrumentos ya sean indicadores, índices u otros que permiten observar tendencias y generar diagnósticos e incentivos de mejora en los sectores y/o instituciones afectadas. Con estos diagnósticos o datos sean percepciones o datos objetivos se facilita el diseño de estrategias efectivas en la lucha contra la corrupción, su seguimiento y evaluación de resultados. El Índice de Percepción de la Corrupción (IPC) es un instrumento de medición que publica cada año Transparency International.

Según Transparency Internatinal corrupción se define como aquel acto en que se produce un abuso de la función publica para los beneficios privados.

Según un informe difundido por la organización Transparencia Internacional en Berlín (Alemania), Venezuela es uno de los países más corruptos del mundo y el peor posicionado en América Latina y Chile aparece como el mejor alumno de la región.

En una escala de 0 a 10 (desde los países percibidos como más corruptos a los con más baja percepción) Venezuela ocupa el puesto 164 sobre 178 países incluidos en el estudio 2010 de esta ONG, por debajo de Paraguay y de Haití (ambos en el puesto 146). Nicaragua y El Salvador comparten el puesto 127 y Honduras, en el 134.
Las puntuaciones de Colombia (puesto 78), Perú (78), Guatemala (91) y México (91) empeoraron ligeramente. Por su parte, este año los resultados de Brasil (69), República Dominicana (101) y Argentina (105) no sufrieron modificaciones con respecto del año pasado. Si se mira el caso de América Latina, en lo alto de la tabla mundial del Índice de Percepción de la Corrupción (IPC) se sitúa Chile (21). Lo siguen Uruguay (24), Puerto Rico (33) y Costa Rica (41).De acuerdo al IPC 2010 casi el 75% de los 178 países incluidos en el Índice obtuvieron una puntuación inferior a cinco, lo que indica que existe un grave problema de corrupción.

La corrupción en América Latina se mantiene estancada. Sólo tres países Chile, Uruguay y Costa Rica sacan un “aprobado” en el Índice de Percepción de la Corrupción, presentado por Transparencia InternacionalVenezuela y Haití los más corruptos de la región.

En America latina, varios factores dan origen a la corrupción. Primero, un sector publico que todavía esta en transición tras una serie de reformas y en el cual los bajos niveles de rendición de cuentas, transparencia y eficiencia a menudo conlleva a incentivos para el abuso de poder. Segundo,  leyes engorrosas, confusión jurídica, todo contribuye al aumento del poder discrecional de los funcionarios públicos.

La tendencia moderna de la administración pública en America latina es hacia la descentralización del estado. Sorprendentemente uno de los argumentos en contra de este proceso es que va a favorecer la corrupción, ya que el estado deberá regular una proliferación de nuevas entidades que tendrán la autoridad de gastar y comprometer fondos públicos. Este argumento no va  aumentar la corrupción sino que el botín será compartido entre más personas. En América latina se ha sostenido la idea de existencia de una cultura que favorece la corrupción, por lo que lo inesperado seria la ausencia de gobernantes corruptos. Las principales causas de la corrupción no son culturales, ni biológicas, sino políticas; cuando las leyes son difíciles de cumplir son posiblemente la principal fuente de corrupción en el mundo. Cuando el estado de derecho no funciona no funciona el sistema institucional, se produce la corrupción como una alternativa para que la gente pueda desarrollar sus diferentes actividades. Gran parte de la corrupción en América Latina, Asia y África se debe a un exceso de regulaciones gubernamentales, cunado existen gran cantidad de regulaciones la gente tiene que pagar mas sobornos y es donde hay mayor corrupción.

La corrupción afecta a la gran mayoría de los países en el mundo y complica la lucha contra la inestabilidad financiera y la pobreza, cuando  los gobiernos asignan importantes sumas de dinero para luchar contra los problemas mundiales mas urgentes, como la inestabilidad de los mercados financieros y la pobreza, la corrupción sigue siendo un obstáculo, cuanto mayores son las asimetrías en una sociedad, mas fácil se generan incentivos perversos para la corrupción, eso es lo que se ha profundizado en las ultimas décadas en América latina, cuanto mas equitativas las sociedades y mayor la participación de las mayorías, en educación, salud , información e incidencia en las decisiones, mejor podrán vigilar y protestar y menor será la corrupción.

La corrupción no es esencialmente pública, la corrupción corporativa es parte importante del problema global. En los hechos, los esquemas de corrupción suelen entrelazar a ejecutivos públicos y privados, la coima en los países de Suramérica son claras expresiones de corrupción que deben ser combatidas y erradicadas, sin embargo los costos mayores los paga la sociedad en las grandes operaciones de colusión económica, entre empresa y funcionarios. La corrupción en América Latina esta tan insertada en la cultura corporativa que es uno de los principales operadores de soborno.

Los costos económicos de la corrupción son altísimos y los pagan finalmente los consumidores y los contribuyentes, eso destruye la confianza, elemento clave de la economía, la corrupción a su vez aumenta la desigualdad, obliga  a los ricos a sobornar a los funcionarios públicos y condena a los pobres a trabajar en la informalidad fuera del marco legal de sus países, esta llamada economía informal es exactamente un problema de corrupción en sentido conceptual y una mala economía de la ley frente  aun sistema institucional excesivamente costoso, la corrupción es una consecuencia de una mal economía de ley, afecta la credibilidad y eficiencia del sistema judicial de un país y debilita el estado de derecho.

Una clave para frenar la corrupción es ampliar las posibilidades del control social, ello significa, entre otros aspectos, maximizar los grados de transparencia de la gestión tanto pública como privada e instalar mecanismos institucionalizados de participación continua de la población. Tradicionalmente, las medidas en contra de la corrupción se enfocaban únicamente en el poder ejecutivo del gobierno. Se debe prestar mayor atención tanto a los demás sectores gubernamentales como a las Instituciones dedicadas a monitorear el rendimiento gubernamental. Esencial para avanzar es la responsabilidad y ética  por parte del sector privado, la sociedad civil y los medios de comunicación. y la cuestión del tráfico de influencias en las adquisiciones del gobierno debería despertar mayor interés. En términos generales se debe reforzar los papeles de la ONU y de la OEA en la región. Hasta 1999 en que la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE) penó la corrupción, el código fiscal alemán, entre otros, permitía la deducción de los sobornos como “gastos de negocios”. El Pacto Global de la ONU terminó de oficializar a la corrupción como tema para la empresa privada en 2004, al agregar la lucha contra ella como décimo principio de su Código de Responsabilidad Social Empresarial.

Recomendaciones Los gobiernos de Latinoamérica necesitan desarrollar planes prácticos de acción para poner en práctica los compromisos que realizaron para luchar contra la corrupción cuando firmaron y ratificaron las convenciones en contra de la corrupción de la OEA y de la ONU. Se debe reforzar la aplicación de la legislación nacional creada para fomentar el cumplimiento con los términos de estas convenciones.

Dado que el éxito en la agenda global en contra de la corrupción a nivel internacional está estrechamente ligado a la calidad de la gobernabilidad, los gobiernos regionales deben prestar atención prioritaria a los detalles de la agenda para mejorar la calidad de la regulación, la selección y la administración del servicio civil, las normas y las prácticas, la efectividad gubernamental, el manejo responsable y transparente del presupuesto, la obtención pública responsable, el acceso a la información pública y los procedimientos judiciales transparentes y eficaces. Fortalecimiento de las instituciones de fiscalización y control, limitar el poder de los funcionarios públicos fortaleciendo instituciones como las agencias contra la corrupción. Reducir la impunidad mediante la promoción de una mayor independencia y responsabilidad del sistema judicial. Promoción de la participación del público, la sociedad civil desempeña un papel importante en la lucha contra la corrupción, hace falta un público alerta para exigir cuentas  a los funcionarios de gobierno, reducir la tolerancia ante la corrupción y crear conciencia publica sobre ella.

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