sábado, 28 de mayo de 2011

MODELOS TERRITORIALES VS MODELOS DE DESARROLLO EN EL NUEVO MAPA GEOPOLÍTICO MUNDIAL

D
esde la perspectiva del desarrollo regional, los intereses se plasman en unos modelos que reflejan la historia del siglo XX, y más concretamente tras la Segunda Guerra Mundial, lo que se conoce como el círculo fordista basado en la producción de masas y de consumo de masas. Más aún, se podría plantear que la fase de acumulación del capital en esa época se enmarca forzosamente en una forma concreta que toma el Estado el Estado de Bienestar, el sindicalismo reivindicativo y el crédito al consumo. Estos factores permitieron así la relación entre producción y consumo, que fueron esenciales en la explicación del modelo de desarrollo de los años de oro.
            No obstante, a partir de los años setenta los distintos análisis han señalado los cambios profundos en los resultados del modelo de crecimiento  el avance del desempleo, la precariedad y la exclusión se convertirían en los aspectos más importantes y no sólo en los países no industrializados, sino de los industrializados. Como señalan distintos informes, éstos tuvieron altas tasas de crecimiento económico entre los años 1973 y 1987, pero también se conocieron las mayores tasas de desempleo. El motivo es que la mayor parte de la producción de los países industrializados procedió de incrementos de la productividad total y el resto de un aumento de inversiones de capital, sin que se crearan nuevos puestos de trabajo.
            La crisis de la acumulación en esta fase ha llevado así a una cierta reestructuración financiera en las actividades económicas en general y un reajuste en la relación empresarios/asalariados. Es un hecho el que quizá deberíamos recurrir a una síntesis actualizadora, seleccionando de cada teoría tratada lo que aún pensemos que sigue siendo Válido o útil. Somos, no obstante, conscientes al llegar a este punto que son muchos los interrogantes que quedan sin una contestación. ¿Por qué… ninguna teoría ha sido capaz de darnos las soluciones que coadyuvaran a la erradicación del subdesarrollo? ¿Las interpretaciones que se han realizado, no son correctas? ¿Cuál es el papel a desempeñar por éstos?
            La aproximación al tema tratado pasa por la puesta en práctica de distintos modelos de desarrollo regional que, desde la diversidad ideológica, permita superar el «monolitismo» del modelo en la actualidad vigente, y cuyas Características estamos estudiando, marcándonos “a priori” la necesidad y utilidad de los susodichos modelos.
            Lo que se está poniendo sobre el tapete no es un debate económico sobre el tema del desarrollo, sino uno de carácter político en el que sobresalen dos cuestiones: si nos consideramos tan satisfechos con lo conseguido en la búsqueda de la superación de la desigualdad, como para eliminarla de las prioridades públicas, al menos, en cuanto a la intensidad de los recursos dedicado, y en segundo lugar, qué ha cambiado en nuestra sociedad para que se esté dando esa resistencia por parte de los ricos a la solidaridad pública. Descartando, por tanto, un regreso al enfrentamiento, al odio, como estrategia, es evidente que deben buscarse modelos de desarrollo que coadyuven a la superación de los problemas descritos; este análisis conduce a reconocer la necesidad de una política de desarrollo regional, pues un desarrollo limitado a ciertas regiones presenta un doble inconveniente: por una parte, deja sin emplear o deficientemente utilizados los recursos materiales y humanos de las regiones pobres; por otra, suscita en las regiones más ricas y desarrolladas una ley de rendimientos decrecientes.
            Como hemos expuesto con anterioridad a la hora de tratar de los modelos de desarrollo nos lleva hasta los elementos que sirven de base para confeccionar una teoría de desarrollo, entendiendo las teorías como hipótesis que nos permitan entender los orígenes, procesos y consolidación de las disparidades regionales, para que «a posteriori» puedan aplicarse los modelos que favorezcan el referido desarrollo regional. Los orígenes como señala Lázaro,J. (1977), Probablemente debamos buscarlo en el papel que las teorías clásicas han asignado al comercio internacional como difusor del desarrollo, basándose en el supuesto de la movilidad de los factores productivos y de bienes y servicios, llegándose a la conclusión de la tendencia casi determinista a un nivel de desarrollo similar en todos los países; sin embargo, la realidad ha desmentido tan optimistas e irreales previsiones.
            Sin duda, de la superposición de éstos y de otros enfoques no mencionados, surgen interpretaciones que intentan comprender y explicar por qué unas regiones se desarrollan y otras no. Pese a todo de lo que no nos cabe duda en la actualidad es que el equilibrio territorial y regional alcanza particular importancia, sobre todo cuando se comprueba que en no pocas regiones subdesarrolladas la distribución de la riqueza y de la renta es más injusta que en las desarrolladas.
            Es por esto por lo que, si la opción por eliminar los desequilibrios tiene sentido es como instrumento para potenciar una redistribución de  la renta entre las personas, junto con unos mejores y más justos niveles de bienestar y calidad de vida. Los modelos de organización y desarrollo regional se convierten de esta manera en un instrumento más para facilitar la consecución de los objetivos últimos de una transformación más justa de la sociedad. Pese a todo, debemos de ser conscientes de que la transformación de una determinada organización del espacio regional mediante la aplicación de estos modelos, se encuentra con no pocas resistencias al cambio, convirtiéndose en un  objetivo a alcanzar a medio o largo plazo (quizá como alternativa para quienes echaban en falta una nueva geopolítica, tras el fin de la bipolaridad y su tranquilizadora geometría a dos, éste puede ser el esbozo de una futuras líneas de fuerza planetarias; el mundo se mueve hoy, agitado, en busca de un nuevo mapa geopolítico de sí  mismo.
            De todas formas, el medio es un factor importante, en el sentido más amplio del término, ya se trate de Inversiones de capital o de trabajo, o del rendimiento del clima, las condiciones geomorfológicas, por ejemplo, son un factor importante del coste de la vivienda, que influye tanto sobre las actividades urbanas como sobre las rurales. Los progresos experimentados por la tecnología. Cualesquiera que sean los progresos de la técnica y las posibilidades que ella ofrezca de modificar el medio, éste seguirá siendo uno de los elementos que se deban de tomar en consideración en cualquier tipo de modelo de desarrollo regional. No obstante, con el avance de la técnica, cada vez se irá interviniendo de una manera menos brutal y absoluta, para impedir tal o cual tipo de organización del espacio, realizándose de forma más indirecta, más matizada, por la vía del rendimiento de las inversiones, además, el estudio del papel que corresponde a los factores físicos en la regionalización en un país subdesarrollado, debe centrarse, por tanto, en valorar cómo el medio influye en los tipos tradicionales de organización espacial, y valorar las distintas posibilidades de modificarlos o reemplazarlos por otros.


LOS MODELOS Y EL CRECIMIENTO ECONÓMICO


L
a presentación descriptiva de los aspectos diacrónicos que llegan a conformar las sociedades, con una imagen lineal, continua, a través de distintas etapas, cuenta con una notable tradición en la historia de ciencias como la Geografía o la Economía, tal y como señalamos anteriormente. Al ser la actividad económica una actividad social requiere una cierta organización. Los sujetos económicos son múltiples, cada uno de ellos toma sus propias decisiones que, a medida que la vida económica y social se va desarrollando, son cada vez más numerosas y complejas, se requiere un mínimo de organización y de coordinación de ese cúmulo de decisiones individuales para que el conjunto no resulte algo caótico y se pueda alcanzar socialmente el fin deseado de la utilización más racional de los recursos escasos. Y según se va desarrollando la vida económica, la organización necesaria ha de ser más complicada y abarcar un número mayor de facetas. Esa organización de la actividad económica no puede desligarse, ni siquiera conceptualmente, de otros aspectos de la vida humana, especialmente en su vertiente social. El hecho económico químicamente puro no existe, supone siempre unos presupuestos y condicionamientos no propiamente económicos, y él mismo presenta vertientes que miran a lo político, a lo jurídico, a lo social en general, a lo técnico, etc., por lo que la cuestión de la organización de la actividad económica no puede desentenderse de la problemática general de la vida social humana, (Solozábal, .1. M.», 1989).
            Las sociedades duales y los modelos de desarrollo una teoría hoy estudiada y valorada, que ha tratado de compaginar diversos aspectos sociológicos con otros económicos es la que trata de las sociedades duales. Parte de la idea según la cual, dentro de un territorio (Estado, región,...) se dan dos tipos de sociedades y de configuraciones socioeconómicas. Boeke al estudiar las posibilidades de desarrollo de Indonesia destacó la existencia de dos tipos de sociedades totalmente separadas: una «tradicional» (precapitalista, con predominio de una sociedad rural, de base agrícola, con una producción cuyo fin es el autoconsumo) y la otra «moderna» (urbano-industrial, con una producción dirigida al mercado y a la exportación).
            En no pocos casos aparecen enfrentadas; así, al uso exclusivo de mano de obra se opone el empleo de tecnologías punta; a la escasa o nula movilidad social, los nuevos horizontes del ascenso en la escala social; al peso de la tradición no exenta de tabúes, la desmitificación de costumbres; el analfabetismo, frente a la extensión de los sistemas de enseñanza; la autarquía relativa frente al intercambio generalizado, como es lógico pensar la herencia histórica ha tenido mucho que ver con la formación y consolidación de las sociedades duales, volviendo a aparecer la dicotomía: desarrollo vs. Subdesarrollo, pero en esta ocasión sobre un mismo territorio, mas en sociedades diferentes. Por otra parte, observamos que como resultado de esos procesos evolutivos.
            Siendo un  modelo productivo, a través de un modelo  de desarrollo territorial desconcentrado, definido por ejes integradores, regiones, programas, un sistema de ciudades interconectadas y un ambiente sustentable que va a  fortalecer el desarrollo diversificado de la economía productiva -de un modo ecológicamente sostenible y a través de una planificación descentralizada y participativa; implementándose  las políticas públicas necesarias para mantener el equilibrio fiscal; reforzar el desarrollo de un importante sector de economía social mediante el impulso de las microempresas y cooperativas, garantizar la seguridad alimentaria disminuyendo la dependencia externa, mantener la defensa de la cesta petrolera en el marco de los acuerdos de la OPEP; impulsar la cooperación energética con otros países y diversificar los mercados de los hidrocarburos; avanzar en un nuevo modelo de integración económica latinoamericana y caribeña que apunte a la unión política como opción estratégica.
            En  busca de incorporar a los venezolanos que hasta ahora habían sido excluidos del sistema educativo, económico y social; mediante la construcción de redes productivas donde todos participen en igual de condiciones, accediendo fácilmente a la tecnología y el conocimiento.

            Este  modelo socio-territorial venezolano heredado la viva  expresión de las relaciones históricas de dependencia económica experimentadas, por lo que la desarticulación estructural entre los sectores productivos existente y la economía de puertos predominante, se expresa territorialmente en una escasa integración interregional y en espacios integrados exclusivamente desde los puertos  hacia los mercados conformados por los centros urbanos que captan principalmente la renta petrolera. En este sentido, la dinámica urbano-regional del territorio venezolano ha seguido desde mediados del siglo pasado, un patrón de ocupación concentrado, desequilibrado y polarizado, cuya expresión actual muestra fuertes desigualdades interregionales, generando importantes problemas sociales y ambientales.

            El proyecto nacional bolivariano se materializa en un modelo de desarrollo que hemos expresados a través de los atributos: soberanos, Social y endógeno, dentro del desarrollo nuestro, solo puede existir  desarrollo si este es  Endógeno, de otra manera lo que tenemos es crecimiento. El cual una forma de llevar adelante la transformación social, cultural y económica de nuestra sociedad, basada en la reconquista de las tradiciones, el respeto al medio ambiente y las relaciones equitativas de producción, que nos permita convertir nuestros recursos naturales en productos que podamos consumir, distribuir y exportar al mundo entero. Entendiendo con claridad la nueva realidad en nuestro país donde se otorga el poder a las comunidades organizadas para que desarrollen las potencialidades agrícolas, industriales y turísticas de cada una de las regiones. Poniendo al servicio de toda la gente la infraestructura del Estado que había sido abandonada (campos industriales, maquinarias, tierras ociosas, entre otros) para generar bienes y servicios. El proyecto Nacional bolivariano se materializa en un modelo de desarrollo que hemos expresados a través de los atributos: soberanos, Social y endógeno.

Macry Zamora F

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